Un grupo de amigos jugando al fútbol. Eso es lo primero que se observa al ingresar al Club Central Norte un domingo por la noche. Tras esquivar los pelotazos, el paisaje cambia. A primera vista, quizás se crea que es patinaje artístico, pero la idea desaparece casi al instante. Las chicas se están empujando, usan cascos, protectores bucales, tienen tatuajes y lo que menos les interesa es hacer una pirueta por los aires, excepto, quizás, si les sirve para derribar o pasar a una rival. Esto es roller derby.

El deporte tiene su origen en 1920 en Estados Unidos. Aunque se fue extinguiendo hasta los 70. Volvió con toda la euforia en el nuevo milenio y hasta el día de hoy sigue sumando ligas amateurs alrededor del mundo. Como la tucumana, que se formó en enero de este año.

"En marzo del año pasado, vi una película que se llama 'Whip it!', dirigida por Drew Barrymore, y ahí fue donde conocí el deporte. Me puse a buscar si en Argentina había algo parecido y encontré en Facebook a las chicas de las ligas de Buenos Aires. En diciembre, Angie, una de las actuales patinadoras, a la que conocía de antes, me manda un mensaje diciéndome que me había encontrado en los amigos en común y que hagamos un equipo de roller derby acá. Y ahí mismo comenzamos a organizar la primera reunión, que se concretó el 18 de diciembre. Todo vía Facebook. Si no me equivoco, éramos cinco. Ahí comenzó todo", cuenta Laura Heredia, una de las pioneras tucumanas del deporte.

Pura casualidad

La mayoría de las patinadoras tucumanas tiene una estética punk. Al momento de preguntarles, todas coinciden: es casualidad. "Puede ser que haya una estética marcada por el tema de que la mayoría se conoce de antes, por medio recitales y gente vinculada directamente a la música", explica Karina "Kas" Sculco, que no dudó en unirse al grupo después de haber recibido la invitación de una amiga.

"Se da que varias han escuchado punk, que están metidas en la movida de los recitales. Eso además nos sirve para recaudar fondos para la Liga. Por ejemplo, nos invitaron a una feria de fanzines (revistas independientes que surgieron de la cultura punk) y ahí vendemos cosas y además integramos a más gente en el deporte. En Buenos Aires sucede lo mismo. También está relacionado a la cumbia", sostiene Marina Villalba, que encuentra un lugar común en el rock y en el roller derby.

Además de su estrecha relación con el música, este deporte tiene un lazo no del todo claro, con el feminismo. "No sé si está explícitamente vinculado, pero me parece que tiene mucho de ese movimiento. Primero, por no tener una típica estética 'atlética' o 'deportiva', que rompe con ciertos estereotipos. Aún así, eso no implica que deje de ser un deporte intenso, que requiere de un entrenamiento pesado. Y justamente por esto, hace que dejemos de pensarnos como delicadas o frágiles y obliga a una fuerza o brutalidad que no es típica de las disciplinas practicadas por mujeres. Me parece que por ese lado se pueden hacer algunos enganches con el feminismo", reflexiona Mariana Rodríguez Fuentes.

La clave del éxito

Si habría que resumir en dos palabras los motivos por los que las chicas se "engancharon" con el roller derby serían estos: velocidad y amistad. Tomar envión en ocho ruedas conquistó a más de una y si el amor en algún momento flaqueó, los vínculos afectivos, los puntos en común y la buena onda dentro del equipo se encargaron de terminar de definir la vocación.

"Es una hermandad, es algo muy gratificante, somos todas amigas. Algunas nos conocíamos de antes y otras lograron afinidad acá. Por eso lo practican. Está muy bueno, a todas les cambió la vida de alguna manera. Por ejemplo algunas no hacíamos actividad física y hacerlo influye en otros hábitos de la vida", cuenta orgullosa Marina.

"Me gusta la estética, la dinámica del juego y me encanta patinar. Me parece que ahora está ganando popularidad porque es una oferta diferente dentro de la variedad de deportes", opina Mariana.

"Odié los deportes toda mi vida, hasta que encontré esto. No sé qué es lo que tiene... La sensación de estar sobre tus patines, de sentirte fuerte, de sentir que te podés bancar los golpes, todo te da ganas de autosuperarte. En mi caso, encontré en el roller derby también un grupo de gente con el que me siento muy cómoda y comparto muchísimas cosas, más allá de la práctica concreta", concluye Laura, sobre esta actividad que mezcla velocidad, contacto, rock y mucha actitud.

Esta tarde

Desde las 20, en el club Estudiantes (Monteagudo 955) Tucumán Roller Derby realizará hoy su primer partido demostración. La entrada cuesta $15 y, después de la exhibición, la legendaria banda de punk local Volstead realizará una presentación acústica. Para comprar las entradas, contactarse con las chicas haciendo clic acá.